¡Qué extraña reacción! ¿A qué obedece?,
si eres todo ternura y alegría.
¿Cómo puede mutarse tu carácter,
hasta el punto de agriarse tu sonrisa?
Sobretodo con tus seres más cercanos
a quienes siempre has inundado de caricias.
Tu imagen siempre dulce y generosa,
¿transformada en huraña y egoísta?
No encuentro explicación, estoy perplejo.
No lo puedo creer, esto no es cierto.
Rabia en mi corazón, furia en tu mente;
esclava de un destino impertinente.
Encontrar la solución fue nuestro empeño,
lo hicimos poco a poco… y en silencio.
Txema Lorente
Diciembre de 2017